Nuestra traducciones juradas son aceptados por instituciones como el Ministerio del Interior, el Ministerio de Asuntos Exteriores, oficinas de registro, OFII, universidades, bancos, autoridades locales y tribunales.
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Dos factores pueden ayudarle a determinar el precio de una traducción jurada: la naturaleza del documento (número de palabras, etc.) y la lengua de destino. El precio de una traducción jurada varía en función de la naturaleza del documento y de las lenguas de que se trate. Algunas lenguas son más raras y, por tanto, cuestan más que otras. En general, las traducciones juradas de documentos corrientes como el permiso de conducir o de escrituras como el certificado de matrimonio, etc. cuestan entre 30 y 60 euros por página. Por último, este precio también depende del traductor jurado; cada traductor fija su propio precio, por lo que no existe un precio fijo. Sin embargo, en Un Traducteur ofrecemos un precio fijo de 35 euros por página.
Un traductor jurado es un traductor autorizado por un Tribunal de Apelación francés o por el Tribunal de Casación. Se le considera un experto judicial y un funcionario ministerial, y asiste a la judicatura y a los departamentos gubernamentales en su trabajo. El traductor jurado se encarga de traducir documentos oficiales de una lengua de partida a la lengua de la que es experto. Una vez realizada la traducción, el sello y la firma del traductor, junto con la mención "se ajusta al original", certifican que el documento ha sido efectivamente traducido por su pericia. La traducción se considerará entonces exacta y admisible por los tribunales o las autoridades públicas porque ha sido traducida y certificada por un experto jurídico.
No hay ninguna diferencia real, salvo en la forma en que se utilizan ambos términos. Es el traductor el que está jurado y la traducción la que está certificada. En otras palabras, no es correcto decir "traducción jurada", sino "traducción certificada" por un "traductor jurado".
El documento original no es obligatorio, pero sí recomendable. La mayoría de los traductores jurados sólo reciben copias digitales de los documentos que traducen; el original rara vez se utiliza. Por tanto, es perfectamente posible enviar un escaneado de su documento al traductor jurado, que traducirá el documento, imprimirá la traducción y la copia digital, sellará ambas y mencionará "conforme con la copia digital". Sólo le queda presentar los dos documentos a las autoridades, junto con el documento original, para que las autoridades puedan comprobar que el documento digital sellado es idéntico al original.
No, no es obligatorio recurrir a un traductor jurado por un Tribunal de Apelación de su región. Todos los traductores jurados por todos los Tribunales de Apelación de Francia están reconocidos como juristas. Por tanto, puede recurrir a un traductor jurado por el Tribunal de Apelación de Aix-en-Provence para traducir un documento que deba presentar ante la prefectura de París. La traducción será perfectamente aceptable. En este caso, deberá enviar una copia digital al traductor, que podrá remitirle la traducción por correo electrónico y una copia con su firma y sello original por correo postal.
Es obligatorio recurrir a un traductor jurado para una serie de documentos, como las actas procesales, las actas notariales, las actas de alguacil, las actas administrativas y cualquier otro documento cuyo original no sea la lengua oficial de la institución ante la que se presenta el documento. Si el documento se va a presentar ante la prefectura, el ayuntamiento o una institución jurídica como los tribunales, deberá ser traducido y certificado por un traductor autorizado por un tribunal de apelación en Francia, conocido como "traductor jurado". No obstante, lo mejor es preguntar a la autoridad competente si exige una traducción jurada del documento.
Un traductor jurado es un traductor que ha sido aprobado por un Tribunal de Apelación o Tribunal de Casación francés. Si desea comprobar que un traductor es jurado, puede preguntarle por qué Tribunal de Apelación está homologado. A continuación, sólo tiene que consultar la lista de peritos judiciales del Tribunal de Apelación en cuestión y comprobar que el nombre del traductor figura en el apartado de traducción.
La legalización de un documento es el acto por el cual un documento conserva su valor jurídico en el extranjero. Se trata, por tanto, de un trámite esencial, sin el cual un documento no puede considerarse legal en un país extranjero. Dicho esto, algunos países, como Italia, han firmado acuerdos con Francia y no exigen la legalización. Por este motivo, antes de encargar un trabajo a un traductor jurado, debe consultar a las autoridades competentes. Antes de hacerlo, el traductor jurado también deberá legalizar su firma en un ayuntamiento.
Existen dos formas de legalizar un documento: el procedimiento clásico y el procedimiento simplificado. Si opta por el procedimiento clásico, deberá presentar primero el documento en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país. Una vez legalizado el documento, deberá presentar el mismo documento en la embajada o consulado del país en cuestión. Entonces se legalizará el documento por segunda vez. Estos dos pasos son imprescindibles para que el documento quede totalmente legalizado. En cambio, si opta por el procedimiento simplificado, sólo tendrá que dirigirse al Tribunal de Apelación de su región y presentar el documento al Servicio de Apostillas. Tenga en cuenta, no obstante, que el procedimiento simplificado mediante apostilla sólo se aplica a los países que han firmado el Convenio de la Apostilla.
El traductor puede legalizar su firma en un ayuntamiento para que usted pueda iniciar el procedimiento de legalización en un Tribunal de Apelación o en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La firma y el sello de un traductor jurado confieren a la traducción un estatus oficial, pero este estatus sólo tiene credibilidad en Francia. Por eso, si quiere que la traducción de un documento sea válida en otro país, también tendrá que legalizarla para que también sea oficial en el extranjero.
En particular, trabajamos en Burdeos, Lille, Lyon, NantesMarsella, MontpellierParís, Estrasburgo o Toulouse.